Aparte la mirada de su cara y pestañee varias veces para contener las lágrimas. Todo aquello me venía demasiado grande. Aquellos segundos antes de que contestara me estaban matando, pero de pronto el silencio fue interrumpido por el reloj de cuco que estaba colocado encima de la chimenea. Las ocho de la tarde. Bote sobre en el sofá y me puse rápidamente de pie. Max al ver que me incorporaba se levanto también y me pregunto un tanto confuso.
-¿Qué pasa?
-Son las ocho de la tarde me tengo que ir. Llevo fuera de casa más de cuatro horas.- Le conteste un tanto alterada.
Max parecía reacio a la idea de dejarme marchar cuando añadió.
-Está bien. Pero vuelve mañana.
De pronto pare de recoger mis cosas. ¿Por qué tenía yo que volver a esa casa?
-¿Volver?- se me escapo en un tono de confusión.
-Tú me has preguntado antes que se suponía que tenías que hacer ahora ¿no?- me lanzo él. Yo simplemente asentí.
-Pues, lo mejor que puedes hacer es prepárate. Potencias tus poderes y yo puedo enseñarte.-se había vuelto a poner serio, lo suficiente como para saber que era importante.
-Vale, ¿a qué hora tengo que estar aquí?- le pregunte yo más serena con un tono casi helado.
- A las cinco en punto de la tarde, tenemos mucho que hacer.
Mientras caminaba a casa le di un repaso mental a lo que me había ocurrido aquella tarde. No podía parar de pensar que nunca se lo podría contar a nadie. Nadie me creería. Pensarían que les estaba contando una de esas novelas que solía leer. Aunque no creo que volviera a leer en mucho tiempo. Después de todo, mi vida se acaba de convertir en una novela en toda regla.
Cuando crucé la puerta de mi casa y vi que no había nadie esperándome me quite un gran peso de encima. Tan solo había una nota encima de la mesa de la cocina que decía:
Cristal esta noche vamos a salir a cenar fuera si te apetece estamos en el puerto dando un paseo.Perfecto pensé para mis a adentros nadie al que dar explicaciones de que he estado haciendo.
Me desplome ruidosamente en el sofá. Aquella tarde se había hecho larguísima. El conocer todo lo que realmente estaba pasando en mi vida había sido algo bastante agotador. Y antes de que me diera tiempo a encender el televisor me había quedado dormida.