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Portada creada por Mientras Lees

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lunes, 12 de julio de 2010

Disculpas y Capitulo 22: Prohibiciones.

Puedo disculparme por haber desaparecido literalmente.
Pero tambien puedo dejaros un nuevo capitulo compensativo de El medallón de Cristal. Y la promesa de que este cerebro esta maquinando algo.

Un Beso burbujeante y aquí os dejo algo nuevo.


Capitulo 22. Prohibiciones.


Era extraño. Los dos estábamos sentados en la arena sin decir nada. Tan solo mirábamos hacía la luna en silencio. Simplemente, nos hacíamos una compañía el uno al otro.

-Yo…- su voz ronca me llego casi cortada.- No quería ser tan borde lo siento.

Mis ojos buscaron los suyos, pero tenía la cabeza agachada. No pude evitar sonreír tímidamente.

-No te disculpes.- le conteste yo.- Después de todo yo he sido la que te ha partido la ceja.

Levanto la cabeza y me miro a los ojos. No duro mucho, pero pude distinguir que algo había cambiado. Ya no se mostraban fríos como antes.

Apoyé la cabeza contra el muro que teníamos detrás, prácticamente me deje caer sobre él, mientras elevaba los ojos al cielo.

-Todo ha cambiado tanto.- murmuré.

Él no dijo nada, aunque una parte de mí sabe que me oyó.

Pasamos otro par de minutos en silencio hasta que se levanto una fría brisa.

-Sera mejor que te acompañe a casa, está empezando a refrescar.- me dijo él poniéndose de pies y reusando mirarme directamente.

Yo asentí y me levanté.

Durante el camino a mi casa ninguno de los dos dijo nada.

-Este es.- dije escuetamente cuando llegamos al portal.

En ese momento la puerta se abrió y salió Alicia con un vestido que le hacía aparentar la mitad de los años que tenía.

-Mama aquí está.- grito al verme.- No sabes en el lio que acabas de meterte.- me dijo después con una voz que no se correspondía con su imagen de muñequita.

-Lo siento tengo que entrar.- me despedí de Alex mientras seguía a Alicia al interior de la casa.

La siguiente hora fue como decirlo. Abochornante.

Mi madre no paraba de gritar lo disgustada que estaba por mi desaparición cuando mi adorable primita hizo el comentario más inoportuno del siglo.

-Pues sabes que tía Sara. Cristal estaba con un chico ahí afuera.- como puede una voz tan dulce decir eso y unos ojos tan malvados mirarme dos segundos más tarde.

Lo siguiente que recuerdo fueron muchos grito y frases como: “Y si estaba con un chico ¿qué?” “Mama tengo casi 16 años” muchos “ni se te ocurra levantarme la voz” y “A tu madre no deberías hablarla así” por parte de mi tía.

El resultado final fue simple. Yo termine en mi habitación con los ojos vidriosos y una prohibición para ver a la única persona con la que me había sentido cómoda en mucho tiempo.

Respire hondo y me lleve la mano al medallón.

-No tenéis ni idea de lo que puedo llegar a hacer.- susurré con una voz que no se parecía a la mía, mientras una lagrima solitaria resbalaba por mi mejilla.





lunes, 10 de mayo de 2010

Capitulo 21

La hierba se metía entre los agujeros de mis romanas y me hacía cosquillas en los pies. Me detuve, el viento inusualmente frio a principios de agosto removió mi pelo color chocolate. Respire todo lo hondo que pude y un escalofrió me recorrió de arriba abajo.


Estaba sola, completamente sola en un pueblo lleno de gente. Hacía días no hablaba con nadie más de dos frases seguidas, no tenía con quien. Era un pueblo lleno de gente, pero de gente adulta. En su mayor parte ancianos que se habían mudado a la costa en busca de la tranquilidad. Al principio me lo había tomado como un paraíso natural. El sitio perfecto para desconectar, lo suficientemente lejos, lo suficientemente tranquilo. Pero la tranquilidad se había vuelto aburrimiento, y el aburrimiento desesperación.

Y en uno de esos ataques de desesperación había acabado ahí. En el pinar que había justo encima de la playa. Me aproxime a la barandilla y casi me deje caer sobre ella. Mire al cielo y suspiré. Una luna preciosa, casi llena y plateada estaba justo enfrente de mí en un cielo azul oscuro salpicado de estrellas. Un poco más abajo un mar del mismo color que el cielo estrellado descansaba tranquilo, tanto que parecía un espejo. Pude distinguir varias constelaciones en el reflejo que el mar hacía del cielo.

Buscaba Casiopea en el espejo del cielo inútilmente en esa época del año cuando un ruido llego a mis odios. Algo pequeño, el crujir de una rama cuando la pisas. Se me dispararon todos los sentidos e instintivamente me agache a coger una piedra que había a mi lado.

Crash.

Otro crujido llego a mis oídos antes de que terminara de levantarme. Pero esa vez no solo lo oí, también pude verlo. Un flash, una macha, una sombra entre los árboles. No me lo pensé dos veces, me erguí rápidamente y sin saber muy bien de donde saque la puntería ni la fuerza lacé la piedra que había cogido a la misma velocidad que un proyectil militar.

Un segundo más tarde se escuchó el impacto de la piedra chocando contra algo y pude ver como el cuerpo se tambaleaba hasta salir del escondite que le proporcionaban los árboles y se mostraba bajo la luz de la luna y un par de farolas.

Un instante antes de que pudiera verle el rostro retrocedí instintivamente hacía atrás.

-¡Pero estas loca!- me gritó el cuerpo que se cubría la cara con ambas manos.

Abrí la boca para contestar, seguramente para disculparme, pero me detuve. Esa voz me resultaba extrañamente conocida.

De pronto la persona que tenía delante se erguió completamente, pero continúo con los brazos alrededor de la cara. De vez en cuando los movía un poco, seguramente intentando amortiguar el dolor.

Era un chico de unos dieciséis años, bastante más alto que yo y de piel bronceada. No podía apreciar absolutamente nada más puesto que tenía la mayor parte de la cara tapada. Arrastro el dorso de la mano derecha sobre los ojos y después la dejo caer. Dos ojos verdes se quedaron mirándome muy atentamente.

-¡Tú!- le grite al verle.

-¿Es lo único que me vas a decir?-me preguntó con un tono de voz un poco arisco.

Tenía el puño del jersey que se había pasado por la cara manchado de sangre y la ceja derecha partida por el golpe. Un poco de sangre le resbalaba por la sien.

-Yo…- empecé a balbucear.

Levantó una ceja con cara de incredulidad y cruzo los brazos.

Me miraba muy atentamente. De pronto no sabía cómo reaccionar, cómo disculparme.

Y de repente bum.

Demasiados sentimientos contenidos explotaron en mi interior, la inseguridad, el miedo, la vergüenza, la rabia… La sensación de que eso no está pasando me inundo completamente, me sentía fuera de mi como si estuviera viendo una película.

Y como si fuera una niña pequeña me eche a llorar. No supe que cara puso él cuando las lagrimas comenzaron a salir a borbotones por mis ojos, pero por alguna extraña razón me fue fácil llorar delante de él. Desahogarme como debería a ver hecho hacía semanas, pero no había tenido con quien.

viernes, 30 de abril de 2010

Alex

Blub blub blub.


El aire salía por la boca formando burbujas que explotaban a llegar a la superficie. No salía a respirar no lo necesitaba.

Hice medio camino hasta la orilla buceando, sin apartar en un solo momento la mirada de todo aquello que había bajo mis gafas de buceo. De pronto un pez pasó zumbando delante de mis ojos. Era pequeño, prácticamente diminuto. Igual que el que había visto tan solo hacía un instante. Pero tenía algo especial. Lo seguí con la mirada girando sobre mi misma para verlo marchar cuando vi otra cosa.

A mi espalda un par de ojos me miraban muy atentos. De pronto me faltaba el aire. Salí a la superficie y comencé a toser. Había avanzado lo suficiente como para poder tocar la arena con los pies y que los hombros estuvieran fuera del agua. Lo cual hizo que resultara más fácil recobrar el aire.

Los ojos salieron del agua un segundo más tarde que yo. Se quitaron las gafas de buceo y pude ver que se trataba de un chico. No preste mucha más atención porque seguía ahogándome.

Él vio que no paraba de toser y con un único golpe en la espalda consiguió que seme pasara. También que el agua que debía encontrarse en mis pulmones saliera disparada por mi boca. Pero esa parte prefiero borrarla.

Se me quitaron súbitamente las ganas de darme un baño y me dispuse a andar hacia la orilla. Al girarme ese par de ojos verdes me estaban mirando de nuevo. No sabía que decirle. “Gracias por salvarme.” o “Idiota casi me ahogo por tu culpa.”

Por suerte no tuve que decir nada él se adelanto.

-Siento haberte asustado.- tenía la marca de las gafas de buceo bajo los ojos, una marca roja y profunda. Tenía que haberlas llevado por lo menos tanto tiempo como yo.

Entonces me acorde de las gafas. Todavía las llevaba puesta. Me las quite rápidamente y me decidí a contestarle.

-Por lo menos luego me has salvado de morir ahogada.- le dije con una sonrisa extraña. Quería causarle una buena impresión seguramente sería la única persona de mi edad que habría en todo el pueblo, pero la sal me abrasaba la garganta al hablar.

El agua empezó a estar demasiado fría, me abrace los codos y comencé a andar para acercarme a la orilla.

Pude sentir que él me seguía por detrás. A lo mejor el también estaba solo en el pueblo. Me detuve hasta que llego a mi altura.

-Me llamo Cristal.- dije carraspeando un poco con mi garganta dolorida.

-Alex.- me respondió él con un tono que no conseguí descifrar.

Me quede callada y decidí seguir avanzando. Él también se puso a andar cuando yo ya había avanzado unos cuantos metros.

Podía sentir sus pasos detrás de los míos. Como se acompasaban a mi ritmo, como aceleraban cuando yo lo hacía. Como él se detenía si yo me paraba un instante. Eso me puso nerviosa. Si hubiera querido hablar conmigo no me habría respondido de la manera tan seca que lo había hecho.

-Alex.- oí su voz en mi cabeza. Y fue incapaz de imitar su tono.-¿Por qué me estas siguiendo?- pensé.

domingo, 25 de abril de 2010

Tranquilidad

El calor del sol, la brisa marina, el sonido del mar en mis oídos, la arena caliente en contacto con mi piel y... una pelota de pin-pon directa mi estomago.
-Eee.- grite nada mas notar en impacto.
-Perdón.- se disculpo mi prima riéndose.
Resople y después me desperecé un poco. La playa me adormecía. En concreto aquella playa.

El 28 de julio había llegado en un visto y no visto. Y con él las vacaciones de verano. Las oficiales.
Aquel era como lo había llamado mi tía "el verano de las chicas." Mi madre, mi prima, mi tía y yo pasaríamos juntas el mes de agosto en un pueblecito perdido de la costa.

Increíble verdad. No se porque a todo el mundo le encantan los pueblecitos perdidos de la costa, pero una cosa había que admitir este en concreto era precioso y lo más importante estaba a mas de 800 km de Mundaka. El otro pueblecito de la costa. A más de 800 km de una etapa de mi vida que quería cerrar completamente.

Me levante y me puse el neopreno.
Mientras corría hacia la orilla con las gafas de buceo aún en la mano mi mente se deslizo sobre los últimos días. Tranquilos. Tanto que a menudo me olvidaba de los acontecimientos recientemente ocurridos. Una voz en mi mente me decía a veces que debía estar alerta. Otra le reprochaba que lo que debía hacer era tranquilizarme y disfrutar del verano.
Me puse las gafas y me zambullí en el agua. Me aleje de la orilla lo máximo que estaba permitido. Y me sumergí . Allí abajo, en las agua cristalinas entre los peces, me dejaba llevar. A veces me quedaba quieta observando cómo se movía todo a mí alrededor. Otras nadaba como una loca persiguiendo algún pez.
Aquel día no me apetecía hacer ninguna de las dos cosas. Empecé a moverme bajo el agua despacio, observando el fondo. Descendiendo de vez en cuando para mirar más de cerca alguna concha o piedra.
De pronto un pequeño pez paso delante de mi cara sin inmutarse si quiera. Solo llevábamos allí 3 días y ya me había convertido en parte de la fauna marina. Me relaje todavía más. Solo notaba como el agua movía mi pelo de un lado a otro como si fuera un alga más. Suspire y un montón de burbujas salieron de mi boca. Entonces fue la primera vez que depare en que hacia minutos que no salía a respirar. ¿Tal vez la magia tuviera también sus cosas buenas?


martes, 13 de abril de 2010

Capitulo 18: Adios...

Hola, hola!!
De vuelta.
Teneis que perdonarme, pero preparé este capitulo para el finde y se olvido subirlo. ^^
(Donde tendre la cabeza)
Recordar que lo de el día de publicación sigue abierto, ahora mismo hay un empate entre viernes y sabados a si que voy a poner una encuesta debajo de la foto de la cabecera. Elegir vuestro día favorito para tener un nuevo capitulo esperandoos.
Y por supuesto comentar, criticar,  escupir lo que no os guste o decirme si me he saltado una tilde. Pensar que asi ganamos todos. Yo aprendo y la historia mejora.
Y sin mas dilación os dejo con.... (seguro que os habeis salado todo mi discurso)... el capitulo nº 18.
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-¿Puedes repetírmelo otra vez? Por favor.


Era la tercera vez que le contaba a Max lo que había pasado en mi habitación. Había decido que aquello era algo gordo y que si había corrido para contarle un sueño, no sabía cómo había esperado casi un día para contarle lo del ataque directo a mi persona. Tal vez porque ni yo misma lo había asimilado del todo. Pero ese no era el problema ahora.

-Entre por la ventana que había dejado abierta…- volví a empezar cansada, pasándome una mano por la cara, especialmente por los ojos enmarcados por medialunas negras.

No había dormido la noche anterior. Ni siquiera lo había intentado.

-No quiero oírlo otra vez.-sentenció Jane.- Cada vez que lo cuenta yo me asusto mas y mas.

Los dos la miramos, estaba fatal. Parecía no haber dormido en días. Jane era muy sensible y atenta, se había preocupado por mí desde el primer día. Y nunca la había oído quejarse, pero aquella situación la había desbordado completamente.

-Jane, podrías ir a preparar un te con pastas, por favor.- le dijo su abuelo de pronto tras un instante en el que todos estuvimos en silencio.

Jane abrió mucho los ojos al oír la frase, pero no se lo pensó dos veces y salió del salón para correr escaleras arriba.

-¿Cuándo te vas de aquí, Cristal?- me preguntó finalmente Max cuando se dejaron de oír los pequeños pasos de su nieta.

-Dentro de dos días.- afirme con rotundidad.

-Dame tu medallón.- dijo tras unos segundos de reflexión.

-¿Cómo lo hacía ese hombre?- pensé-¿Cómo conservaba la entereza? ¿Cómo podía tomar tantas decisiones?

-Puede que no me haya dado tiempo a enseñarte a hacer aquel hechizo que te dije, pero si lo encanto tu medallón creo que te protegerá de los Oscuros.- continuó mientras cogía mi colgante entre sus manos.

Cuando me lo devolvió solo me dijo una cosa.

-No te lo quites o el hechizo se romperá.

-No lo hare.- le afirme con rotundidad.

Lo mire un instante. La perla que formaba la silueta de la luna había cambiad de color ahora era de un azul intenso, oscuro. Como el mar en invierno. Levante los ojos y me lo puse al cuello, centrado sobre la clavícula y bien pegado a mi piel cómo si de esa manera no fuera a moverse.

No me despedí de Jane antes de irme. Apenas me despedía de Max.

Aunque si hubiera sabido que la próxima vez que fuera a la casa no habría nadie lo hubiera hecho. Le habría dado un abrazo a Jane, le hubiera dado las gracias a Max y sobre todo les hubiera perdido perdón. Si no hubiera sido por mi ellos hubieran podido continuar su vida allí. Pero yo lo había estropeado. Los había puesto en peligro y ahora ellos se habían tenido que irse para protegerse de algo que yo había traído. Esa idea me torturo durante un tiempo. El hecho de que yo hubiera estropeado la vida de esa familia me atormentaba. Pero con el tiempo mi cabeza se lleno de otras ideas, y como una ola que borra las pisadas en la arena quise creer que este capitulo de mi vida había quedado borrado, sepultado. No podía estar mas equivocada.

lunes, 29 de marzo de 2010

Siento haber desaperecido sin avisar, pero es que ando liadisima. Y no puedo evitar sentirme culpable por haberos avandonado tanto tiempo.
Y por eso Cristal y yo hemos llegado a un acuerdo. Entre todos vais a elegir un día de la semana. Y ese día subire siempre un nuevo capitulo. Si puedo subire mas, pero ese día va a ser medio sagrado y salvo fuerza mayor (no tener internet) siempre habra un capitulo nuevo ese día.

Ahora solo os queda elegir. ¿Qué día quereis?

Lunes
Martes
Miercoles
Jueves
Viernes
Sabado
Domingo

Espero vuestros comentarios.

viernes, 5 de marzo de 2010

Pero ¿qué está pasando ahí afuera?

Pero ¿qué está pasando ahí afuera?
Lo siento, pero no puedo contenerme. Se que este es un blog literario destinado a contar una historia de fantasia, pero es que alguien no a exclamados los últimos días Oh dios mío!! Mientras veía las noticias.
El mundo se desmorona. ¡Si señores, se desmorona!
El terremoto de Chile ha desviado el eje de la tierra 8,8 centímetros según la nasa.
Este hecho es sobrecogedor, pero les recuerdo lo que ha ocurrido en los últimos meses.
Todo comenzó con el terremoto de Haití (aunque ya había comenzado) la tierra se movió en un seísmo que mato a tantas personas que me da vergüenza poner el numero.
Cuando la gente estaba concienciándose de que estas cosas deben evitarse otra avalancha de catástrofes naturales invadió en el planeta.
La ciclo génesis explosiva azoto Portugal aunque previamente había habido inundaciones en Andalucía y en las islas canarias. A su paso la tormenta perfecta por la península ha dejado 3 muerto y escenarios dignos de una producción americana sobre el fin del mundo. Pueden pensar que 3 muertos no es grave (díganselo a las familias de los 3 muertos), pero en Francia la misma tormenta a matado a 45 personas y no se sabe cuantos son los destrozos materiales a dejado en ambos países. En Galicia mas de mil personas se quedaron sin luz.
Cuando todo parecía volver a estabilizarse un terremoto atacaba Chile y después un tsunami. Las imágenes de saqueo y desesperación te dan ganas de apagar la tele, chillar y marcharte del planeta Tierra.
Pero esto no acaba aquí Tailandia ha sufrido un terremoto en los últimos días. Cuba y Haití se han inundado por lluvias torrenciales.
Y ahora yo le pregunto ¿les parece normal o soy yo la rara? Me siento culpable tan solo con encender el televisor a la hora de las noticias. Porque yo les propongo un reto busque una única noticia feliz que no conlleve el beneficio económico de nadie y que todo el mundo al oírla exclame ¡que buena noticia!
¿Cómo? ¿Que no la encuentran?
No me sorprende porque el mundo se ha cansado, no hay buenas noticias solo oímos desgracias. El primer mundo empieza a darle la mano al tercero, pero únicamente cuando ya es demasiado tarde para millones de personas.
Que quieren que les diga yo tengo quince años y no quiero vivir en este mundo. Un mundo en el los que puede cambiarlo no le interesa. Donde el 20% de la población tiene el dinero del 80%. Un mundo que las personas normales no cambiaremos. No erradicaremos el hambre en el mundo. No conseguiremos que los pobres dejen de ser pobres. Simplemente porque los que tienen el dinero y el poder para hacerlo nunca les dejaran a las personas normales que estas cambien el mundo.
A si que si me permiten yo ayudare en todo lo que pueda dentro de lo que me dejen las personas poderosas que son las que realmente nos controlan el planeta. Pero de mientras para no tener que mirar me refugiare en el mundo de mis libros. Un mundo donde por lo menos la realidad que vivo la elijo yo y si la historia no me gusta tan solo tengo que cerrar el libro y cambiarla por otra.
Si este mensaje les a causa conmoción felicidades sois del 2% de la población que conserva el corazón y la conciencia. Puede que las personas normales nunca cambiemos el mundo, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo.
Atención blogueros desde aquí hago un llamamiento a todas las personas normales con corazón y conciencia. Desde aquí quiero crear el movimiento Personas normales unidas. Lo único que tenéis que hacer si queréis colaborar es escribir una entrada sobre la situación del planeta y mostrar esta foto. Puede que una persona normal no cambie el mundo, pero todas las personas normales unidas podremos hacerlo. La blogosfera es poderosa y podemos demostrar a los que mandan que las personas normales si tenemos la fuerza suficiente para cambiar las cosas.


miércoles, 3 de marzo de 2010

Capitulo 17: La mujer de Hielo

Mis pequeñas patitas de gorrión dejaron paso a mis deportivas nada más posarme sobre la ventana de mi habitación.
Antes de que me diera tiempo a bajarme de la cornisa un ruido me hizo tambalearme y prácticamente perder el equilibrio.
-¡Cristal es la ultima vez que te lo repito, abre inmediatamente la puerta de la habitación!- era mi prima Alicia, que golpeaba sin cesar la madera vociferando. Por el barullo que estaba montando mi abuela no debía de estar en casa. Ella jamás la dejaría chillar de esa manera.
-¡Ya voy!- le chille poniendo una mueca mientras miraba la altura que había de la cornisa al suelo. En mi forma humana la altura para estar ahí arriba de pies me parecía enorme y no quise ni pensar lo que hubiera pasado si por los gritos de Alicia habría perdido el equilibrio del todo.
Mientras un escalofrío me recorría todo el cuerpo salte al suelo y me dirigí a abrir la puerta.
Cuando pose la mano sobre el picaporte lo note extrañamente frio, una sensación de terror me recorrió de arriba a abajo. Se habían dejado de oír los gritos de Alicia y el ambiente parecía extrañamente helado como si de pronto el tiempo se hubiera detenido.
De pronto una corriente helada me erizo los pelos del cogote y pude observar con los ojos llenos de terror como mi mano se había quedado pegada al picaporte y una extraña masa de hielo subía por mi muñeca desde la punta de los dedos.
Trate de soltarme, pero no tenía fuerza como para arrancar en picaporte de la puerta. Trate de serenarme y pensar que más opciones tenía. Las ideas pasaron rápidas y borrosas por mi mente. Hasta que me detuve en una. Fuego. Trate de concentrarme. Pero estaba demasiado nerviosa. Las llamas comenzaron a salir de mis manos hasta que fundieron todo el hielo. Me gire aún con ambas manos encendidas y sin pensar que a mi espalda se encontraba ella.
Era la mujer de mi sueño, estaba parada a medio metro de mí. Una túnica gris la cubría completamente y de sus manos salía un resplandor azul.
Cuando me vio girarme clavo su mirada en mí. Sus ojos color violeta parecían completamente llenos de ira.
Adelanto un paso hacia mí obligándome a reaccionar. Sus manos pasaron veloces por donde hacia un segundo había estado mi cara clavándose contra la puerta y dejando un agujero helado en ella. Corrí en dirección a la ventana mientras ella retiraba la mano de la puerta como si la hubiera enterrado en la arena. Casi había alcanzado la cornisa cuando me agarro de la camiseta y empujándome hacía atrás me tiro al suelo. Se desplazo despacio mientras yo trataba de ponerme de pies. Pero el golpe me había dejado barrida, de un solo movimiento me había arrastrado por el suelo de toda la habitación clavándome contra la puerta. En cuanto estuvo a un paso de mi me cogió de la camiseta con una mano y me alzo clavándome contra la puerta.
Por un instante sus ojos se cruzaron con los míos y no pude comprender la ira y satisfacción que revelaban, que le había hecho yo a esa mujer. En ese momento  una sonrisa que me hizo estremecerme se pinto en la cara de ella mientras alzaba el brazo que tenía libre. Yo instintivamente me cubrí la cara con brazos.
Al principio no entendí lo que había pasado. De pronto yo volvía a estar en el suelo. La extraña mujer había comenzado a chillar y me había soltado. No fue hasta que vi el fuego que la envolvía que lo comprendí todo. Mis manos seguían encendidas cuando las había alzado para protegerme la cara y de algún modo la había prendido fuego a ella.
Me puse de pies mientras veía que el fuego que la envolvía se extinguía a cada segundo que pasaba. De pronto ella se volvió iracunda para mirarme y un grito casi se me escapa de la boca. Se había quemado completamente, su piel se había carbonizado y había algunas zonas donde se le podían ver los huesos de la cara. Una arcada me subió por la garganta. ¿Cómo podía seguir viva? Pero con cada paso que avanzaba hacía mi lo comprendí. Su piel iba regenerándose a cada segundo que pasaba, su pelo recobraba el color, incluso las pecas volvían a pintarse en su cara. En tan solo en medio minuto todo rastro de fuego había quedado borrado de su ser. Di un paso instintivamente hacía atrás al ver que seguía avanzando, pero choque con la pared. Ahora sabía como combatirla, que podía usar el fuego de mis manos, pero debía pensar rápido. Caminé de espaldas girando hacía la izquierda, así ganaría medio metro mientras ella se movía lentamente hacia mi. No parecía tener ninguna prisa en llegar hasta mi lo cual me vino muy bien, pues cuando se posiciono delante mío yo ya había conseguido mi propósito. Con una sonrisa picara alce las manos dejando al descubierto una enorme bola de fuego que había creado mientras ella avanzaba. Con un sencillo movimiento se la arroje como si se tratara de un balón y me agache justo antes de ver como el miedo se apoderaba de su rostro y el fuego la atrapaba a ella completamente. No le dio tiempo a reaccionar seguramente sabía como defenderse de mi ataque, pero le pillo completamente desprevenida. Tras medio minuto me puse de pies y mire con un poco de recelo. La explosión no había hecho estragos en la habitación, pero ella había desaparecido.
Me acerque lentamente al lugar donde había estado por ultima vez, tan solo quedaba una mancha negra en el suelo y ni el menor signo de a donde había ido. Suspiré aliviada cuando el calor de verano caldeó de nuevo la habitación y los golpes de Alicia volvieron a oírse en la puerta. Me gire y la abrí de golpe. La cara que debía de tener la asusto y corrió al salón. Seguramente pensó que tenía esa expresión porque ella me había hecho enfadar, pero lo que realmente me había dejado así era algo que nunca había sucedido en realidad. Todo lo que había sucedido dentro de esa habitación había transcurrido mientras el tiempo había estado congelado. En el cambio de entre dos segundos. Un tiempo que no había existido en el que casi me matan y el que tal vez yo había matado a alguien. Rápidamente quite esa idea de mi cabeza ella no había muerto sino desaparecido, había huido como había llegado. Cerré la puerta tras de mi y me dirigí a al cuarto de baño. Necesitaba una ducha y olvidarme de todo lo que había pasado.


 

sábado, 27 de febrero de 2010

Mirar debajo de la foto del titulo =)

Acabo de añadir unas pestallas justo debajo de la imagen de titulo creando nuevos apartados en blog como Personajes y Sobre mi.
En el primero hay una descripción breve de los personajes de la historia que se ira actualizando segun esta avance; no queremos revear los secretos que nos depara el futuro de Cristal tan rapido. ;) guiño de misterio XD
Y el segundo es un conjunto de desvarios que trataban de describirme a mi misma espero que lo comprendais y que os sirva la información tanto como para comprender la historia como para comprenderme a mi.

=) un saludo

domingo, 21 de febrero de 2010

Capitulo 16: ¿Dónde está el hermano de Jane?

Jane no es que estuviera nerviosa, es que le iba a dar un ataque. Mientras yo estaba sentada en el brazo del sofá, ella no hacía más que dar vueltas de un lado para otro de la habitación. Me mordí el labio inferior de impotencia al verla tan mal. No sabía como consolarla, no conocía a su hermano y por tanto no podía decirle que solamente habría salido a dar una vuelta con sus amigos o que a lo mejor le había llamado su novia o que simplemente le había apetecido salir a jugar un poco al baloncesto. Pero yo no sabía si su hermano tenía novia, ni si quiera si tenía amigos y mucho menos si le gustaba el baloncesto. Entonces como iba a tranquilizarla.
-¿Crees que estará bien?- me pregunto Jane sin para de moverse.
-Por supuesto que si simplemente habrá salido a dar una vuelta ¿hace cuanto que no salís de casa?- trate de tranquilizarla yo.
-Sin avisar, sin dejar una nota siquiera.- me contradijo ella.
-Tal vez pensó que volvería antes de que os darías cuenta.- le dije yo.
Mi cerebro trabaja a cien por hora para inventarme respuestas a todos los comentarios pesimistas que hacía Jane.
-¿Y si le a pasado algo malo?- me pregunto ella mordiéndose el labio inferior.
-Que puede haberle pasado.- me arrepentí al instante de pronunciar esas palabra, pues todas las imágenes de los ataque que había sufrido desde que había llegado al pueblo vinieron a mi mente.
Y al ver con la cara con la que me miraba Jane pude comprobar que ella también estaba pensando en algo parecido.
-Seguro que está bien.-le dije poco convencida como si ahora yo también tuviera que convencerme de ello.
De pronto la alarma de mi móvil comenzó a sonar y las dos nos llevamos un gran susto.
-Es mi móvil- le dije mientras retrasaba la alarma otros quince minutos.- había puesto una alarma para irme a casa y no se dieran cuenta de que había desaparecido.
-¿Te tienes que ir ya?- me preguntó con la suplica grabada en la mirada.
-No.-le conteste tras respirar hondo.- me quedare un poco mas.
-Gracias.- me agradeció ella.
Permanecimos en un silencio sepulcral durante media hora. Ese silencio solo se corto por los rápidos pasos de Jane que cruzaban la habitación de un lado a otro y la alarma de mi móvil que sonó varias veces en ese tiempo.
Otro sonido cortó el silencio de pronto haciendo que Jane se moviera a gran velocidad, era el teléfono. Jane corrió a contestar antes de que yo me diera cuenta siquiera de que estaba sonando.
-¿Si?- preguntó esperanzada.
Los segundos pasaron despacio mientras Jane escuchaba atentamente lo que le decían.
-Está bien.- dijo finalmente.- no tardéis mucho en regresar a casa.
-¿Quién era?- le pregunte yo en cuanto deposito el teléfono de nuevo en la mesa.
-Era mi abuelo.- contesto con una sonrisa.- ha encontrado a mi hermano en el puerto sentado en un banco mirando el mar.
-Lo ves tonta.- no pude evitar levantarme a darle un abrazo.
-No sabes cuanto te agradezco que te hayas quedado conmigo, Cristal.- me agradeció con una sonrisa.
-Siento cortar este momento tan tierno.- le dije yo un poco avergonzada.- pero si no te importa, me tengo que ir a casa.
-No te preocupes ahora ya se que todo está bien me quedo tranquila.- me tranquilizo ella.
Me acompaño hasta la puerta y una vez allí cada una se absorbió en sus pensamientos. Jane en el porque de que su hermano se hubiera ido de casa sin avisar y yo en el deseo de que nadie hubiera notado mi ausencia.