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Portada creada por Mientras Lees

Portada creada por Mientras Lees

sábado, 27 de febrero de 2010

Mirar debajo de la foto del titulo =)

Acabo de añadir unas pestallas justo debajo de la imagen de titulo creando nuevos apartados en blog como Personajes y Sobre mi.
En el primero hay una descripción breve de los personajes de la historia que se ira actualizando segun esta avance; no queremos revear los secretos que nos depara el futuro de Cristal tan rapido. ;) guiño de misterio XD
Y el segundo es un conjunto de desvarios que trataban de describirme a mi misma espero que lo comprendais y que os sirva la información tanto como para comprender la historia como para comprenderme a mi.

=) un saludo

domingo, 21 de febrero de 2010

Capitulo 16: ¿Dónde está el hermano de Jane?

Jane no es que estuviera nerviosa, es que le iba a dar un ataque. Mientras yo estaba sentada en el brazo del sofá, ella no hacía más que dar vueltas de un lado para otro de la habitación. Me mordí el labio inferior de impotencia al verla tan mal. No sabía como consolarla, no conocía a su hermano y por tanto no podía decirle que solamente habría salido a dar una vuelta con sus amigos o que a lo mejor le había llamado su novia o que simplemente le había apetecido salir a jugar un poco al baloncesto. Pero yo no sabía si su hermano tenía novia, ni si quiera si tenía amigos y mucho menos si le gustaba el baloncesto. Entonces como iba a tranquilizarla.
-¿Crees que estará bien?- me pregunto Jane sin para de moverse.
-Por supuesto que si simplemente habrá salido a dar una vuelta ¿hace cuanto que no salís de casa?- trate de tranquilizarla yo.
-Sin avisar, sin dejar una nota siquiera.- me contradijo ella.
-Tal vez pensó que volvería antes de que os darías cuenta.- le dije yo.
Mi cerebro trabaja a cien por hora para inventarme respuestas a todos los comentarios pesimistas que hacía Jane.
-¿Y si le a pasado algo malo?- me pregunto ella mordiéndose el labio inferior.
-Que puede haberle pasado.- me arrepentí al instante de pronunciar esas palabra, pues todas las imágenes de los ataque que había sufrido desde que había llegado al pueblo vinieron a mi mente.
Y al ver con la cara con la que me miraba Jane pude comprobar que ella también estaba pensando en algo parecido.
-Seguro que está bien.-le dije poco convencida como si ahora yo también tuviera que convencerme de ello.
De pronto la alarma de mi móvil comenzó a sonar y las dos nos llevamos un gran susto.
-Es mi móvil- le dije mientras retrasaba la alarma otros quince minutos.- había puesto una alarma para irme a casa y no se dieran cuenta de que había desaparecido.
-¿Te tienes que ir ya?- me preguntó con la suplica grabada en la mirada.
-No.-le conteste tras respirar hondo.- me quedare un poco mas.
-Gracias.- me agradeció ella.
Permanecimos en un silencio sepulcral durante media hora. Ese silencio solo se corto por los rápidos pasos de Jane que cruzaban la habitación de un lado a otro y la alarma de mi móvil que sonó varias veces en ese tiempo.
Otro sonido cortó el silencio de pronto haciendo que Jane se moviera a gran velocidad, era el teléfono. Jane corrió a contestar antes de que yo me diera cuenta siquiera de que estaba sonando.
-¿Si?- preguntó esperanzada.
Los segundos pasaron despacio mientras Jane escuchaba atentamente lo que le decían.
-Está bien.- dijo finalmente.- no tardéis mucho en regresar a casa.
-¿Quién era?- le pregunte yo en cuanto deposito el teléfono de nuevo en la mesa.
-Era mi abuelo.- contesto con una sonrisa.- ha encontrado a mi hermano en el puerto sentado en un banco mirando el mar.
-Lo ves tonta.- no pude evitar levantarme a darle un abrazo.
-No sabes cuanto te agradezco que te hayas quedado conmigo, Cristal.- me agradeció con una sonrisa.
-Siento cortar este momento tan tierno.- le dije yo un poco avergonzada.- pero si no te importa, me tengo que ir a casa.
-No te preocupes ahora ya se que todo está bien me quedo tranquila.- me tranquilizo ella.
Me acompaño hasta la puerta y una vez allí cada una se absorbió en sus pensamientos. Jane en el porque de que su hermano se hubiera ido de casa sin avisar y yo en el deseo de que nadie hubiera notado mi ausencia.

viernes, 19 de febrero de 2010

Capitulo 15: Y ahora… ¿Cómo entro?


Cuando por fin apareció mi objetivo empecé a descender. La velocidad que llegue a alcanzar me asusto un poco. Pensé que me daría contra el suelo si no frenaba, pero cuando estaba a tan solo a medio metro mi cuerpo hizo una curva y me quede parada en el aire. Entonces mi preocupación paso a ser otra, como entrar en la casa. Trate de volver a ser yo, pero me había puesto demasiado nerviosa y no fui capaz. Comencé a dar vueltas alrededor de la casa aterrada hasta que vi una ventana abierta.
Mi salvación.- fue lo único que se me paso por la cabeza.
Mi dirigí rápidamente hacía ella y pasé por debajo de la ventana medio abierta. Era la habitación de un adolescente, seguramente del hermano de Jane puesto que la decoración que tenía era de todo menos femenina.
Salté de la ventana y cruce toda la habitación para colarme por la rendija de la puerta. No sabía hacía donde tenía que dirigirme ahora. Ese era el segundo piso y yo solamente había estado en el primero y en el taller mágico como le gustaba llamarlo a Jane. Así que me dejé guiar por el olor. No sabía donde exactamente, pero había alguien comiendo galletas y bebiendo café así que esa fue mi meta. Cruce todo el pasillo y baje las escaleras siguiendo el olor y finalmente llegue al gran salón. Allí me esperaban Jane y Max un tanto apurados, supongo que estarían esperando a que llegara. Me pose sobre la mesa y con un piido me hice notar, los dos me miraron perplejos y ya relajada resople. Sin darme cuenta me había vuelto a transformar y casi rompo la mesa al hacerlo.
-¿Pero como…?-exclamó Jane perpleja.
-La verdad es que yo tampoco lo entiendo demasiado.-empecé a explicarme yo.- tenía que escaparme de casa para venir y supongo que era la única solución.
-Me alegra saber que vas dominando tus poderes cada vez mas eso nos ayudara a agilizar las cosas.- me dijo Max.
-La verdad es que mucho tiempo no tengo a si que cuanto más rápido mejor.- comente yo con una sonrisa torcida. No sabía cuanto tiempo tardaría mi prima en aburrirse y querer entrar a la habitación.
-Pero por donde has entrado.- Jane seguía confundida, pero no la culpe por ello si hace dos meses un pájaro se hubiese convertido en una persona encima de la mesa de mi salita tendrían que haberme encerrado en un siquiátrico.
-Por la habitación de tu hermano.- le contesté mientras ponía la alarma en el móvil para que no me volvieran a pillar en casa desprevenida.
-¿Por la habitación de mi hermano?- ahora si que estaba confusa.
-Si, tenía la ventana abierta.- sus caras empezaron a mostrar una gran confusión que me hizo preguntar.- ¿Ocurre algo?
-No es solo que me sorprende que no se haya extrañado de que un pájaro entrara en su habitación.- dijo Jane cada vez mas confundida.
-Dudo que extrañara porque no está en su habitación.- dije yo oliéndome un poco que Jane y su abuelo no sabían que él no estaba allí.
-¡Que no esta en su habitación!- exclamo Jane mientras corría escaleras arriba.
-¿Ocurre algo?- volví a preguntar al contemplar la reacción de ambos. Max se puso realmente inquieto y salió también de la habitación y comenzó a registrar todo el piso de abajo. Consiguieron que yo también me inquietase y me acerque a la puerta de la sala.
-No está en el piso de arriba.- chilló Jane bastante alterada mientras bajaba las escaleras para encontrarse conmigo.
-En el de abajo tampoco está.- añadió Max intentando parecer sereno.
-¿Y en el taller?- pregunto Jane con un tono de esperanza en la voz.
-Ya lo he mirado.- dijo su abuelo derrotado.
-¿No sabíais que no estaba?- pregunte yo intentando conseguir un explicación, porque con la cara que tenían ambos estaba claro que no lo sabían.
-No, por supuesto que no.- exclamo Max un tanto alterado.- Jane y él tienen prohibido salir de casa desde que confirmaste que los rastreadores se habían acercado al pueblo.
-Es por el hechizo.- intento explicarse Jane.
-¿Qué hechizo?- me interese yo.
-El que te iba a enseñar a hacer esta tarde, el de camuflaje. Tiene protegida la casa, pero una vez que sales de ella eres vulnerable.- Era la primera vez que veía gesticular a Max.
-¿Vulnerable?- no entendía nada.
-El hechizo hace que toda la magia que sucede dentro de esta casa sea invisible para el don de la Visión y que nosotros mismos lo seamos para el de rastreo, pero una vez fuera no funciona. No sirve de nada.- esta vez era Jane la que trataba de explicármelo.
-Por eso les dije que no saldrían de casa.- continuó Max.- Lo siento Cristal, pero hoy no habrá clase de magia, tengo que ir a buscar a tu hermano.- añadió mirando a Jane.
-Faltaría más. ¿Queréis que me vaya?- pregunte yo.
- No.- exclamó Jane.- no me dejes sola.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Capitulo 14: A vista de pájaro

Mire impaciente el reloj. Las cinco y media. Tenía que salir de casa, pero como castigo por el susto de esta mañana mi abuela me había dicho que si volvía a salir con la amiga esa que me había echado tenía que venir Alicia conmigo. Y a pesar de que mi abuela llevaba desde que había finalizado la comida mas dormida que un lirón en el sofá, Alicia no me quitaba el ojo de encima. Estaba deseando que hiciera el menor movimiento para despertar a mi abuela y pegárseme como una lapa.

-¿A dónde vas?- me pregunto mientras me levantaba del sofá.
-A la habitación.- le conteste yo rápidamente.- Y no puedes venir.- añadí antes de que pudiera decir nada.


Entré por la puerta mirando el reloj de nuevo y resople ruidosamente, necesitaba salir de allí cuanto antes y llevarme a Alicia no era una opción. Me tiré derrotada en la cama y mientras me devanaba los sesos pensando como iba a salir de allí vi la esquina de la carpeta azul sobresaliendo debajo del colchón. Me senté rápidamente y extraje la carpeta, si había una manera de salir de esa casa sin que nadie se enterara estaba escrita ahí dentro. Comencé a pasar las hojas sin saber bien lo que estaba buscando hasta que una llamo mi atención El poder de la mariposa. Leí rápidamente lo que decía y descarte la opción. A pesar de que era valida para salir de casa al adosar dos alas de mariposa a mi espalda y salir volando solo conseguiría formar una situación como la de “mira allí en el cielo ¿es un avión? No. ¿Es un pájaro? No. Es una idiota que está a punto de matarse” y precisamente eso me daba mucho respeto y si algo salía mal y me caía. Ufffff, quita quita.
Continué pasando hojas buscando una idea mejor y cuando pensaba que El poder de la Mariposa sería la única opción para salir de casa otro nombre apareció ante mis ojos. El poder de Transformación. No me interese en leer por no saber de que se trataba, el nombre lo dejaba bastante clarito, pero lo que me interesaba realmente era saber como utilizarlo.


El poder de Transformación:

Los mágicos que quieren dominar este poder deben dejar su mente en blanco. Desconectar completamente del mundo exterior y visualizar el ser en el que quieren transformarse. Dejar su cuerpo y meterse en el que hay en su mente.

-Perfecto.- pensé.- estaba mucho más relajada antes de leer todo esto.
Abrí la ventana de la habitación y cerré el pestillo de la puerta. No quería que Alicia viera que había desaparecido y mucho menos tener que devanarme la cabeza una vez trasformada para abrir la ventana. Mi único modo de contactar con la libertad.
Intente relajarme como ponía en el papel y no pude evitar pensar que tenía que haber acompañado a Esther a sus clases de yoga. Cuando estuve un poco mas tranquila pase a visualizar un pequeño gorrión, algo que no llamaría la atención en absoluto en el cielo de un pueblo. A medida que más me concentraba en el gorrión mas visibles eran los pequeños detalles, las manchas del pico, la esponjosidad de las plumas… Y cuanto más visibles eran los detalles mas ligera me sentía. Tan ligera que podía fundirme con el viento, pero lo suficiente mente fuerte como para elegir yo el destino.
Y antes de que me diera cuenta no media mas de 20 centímetros y tenía un par alas marrones llenas de motas a la espalda. Di un pequeño saltito y con un pequeño impulso me alcé en el aire.
Al principio me quede parada en mitad de la habitación aleteando. No tenía ni idea de si sabría controlarlo a si que decidí hacer primero un pequeño tramo hasta la ventana. Me pose sobre la cornisa e instintivamente mire hacia abajo con gran temor. La distancia de dos pisos me pareció enorme, pero no me mareé, ni siquiera dude un momento antes de saltar y emprender el vuelo de nuevo. Después de todo donde se ha visto que un pájaro tenga vértigo. Un animal que esta hecho para vivir en el cielo, a grandes alturas.
El cielo, eso era precisamente lo que yo estaba surcando en ese momento para llegar hasta casa de Jane. El mundo se ve tan diferente desde ahí arriba, las nubes no parecen de algodón y las personas son tan insignificantes. Lo único verdaderamente grande es la naturaleza la cual lo rodea todo. Y el mar. Siempre me había apasionado, lo había considerado algo increíble a lo que hay que respetar. Pero cuando no mides ni 20 centímetros todo es tan diferente. Te sientes en armonía con el mundo y sin duda ves las cosas desde otra perspectiva.


domingo, 7 de febrero de 2010

Capirulo 13: El Don de la Visión

Los primeros rayos de luz de la mañana traspasaban la ventana, la habitación estaba sumida en el silencio, Alicia dormía profundamente y yo me acababa de despertar.
La cabeza me daba vueltas y cuando me incorpore para mirar que hora era, las imágenes de mi sueño volvieron a mi mente. La habitación fría, la mujer encapuchada, el reloj de arena… Todo volvió de pronto a mi cabeza provocando una profunda migraña. Era la primera vez desde que tenía seis años que yo no aparecía en uno de mis sueños.
El reloj que había dejado sobre la mesilla marcaba las siete y media, no me lo pensé dos veces y me levanté. Salí de la habitación intentando hacer el menor ruido posible.
Por suerte no había nadie despierto todavía, pero sabía de sobra que eso no duraría mucho. Tenía como máximo hora y media antes de que alguien notase mi ausencia. Cogí unas galletas y una vez vestida salí de casa.
Acelere el paso, no quería que Alicia se despertara de repente con ganas de ir al baño y se diera cuenta de que no estaba. No podía creerme que estuviera corriendo a casa de Jane a las ocho menos veinte de la mañana para contarle que había tenido un sueño extraño, pero es que tenía algo que me hacía temblar.
Cuando toque el timbre, Max me abrió la puerta un tanto sorprendido por verme allí a esas horas y no me extraño. Le conté lo que había visto, lo siniestro del lugar y la sensación con la que me había despertado.
-El don de la Visión.- dijo seriamente después un silencio.
-¿Qué es eso?- le pregunte yo un tanto alterada.
-No te has leído todas las hojas que te di, por lo que veo.- añadió el mientras se levantaba a buscar algo.
Volvió enseguida con uno de sus libros escritos a mano.
-Aquí lo tienes.-me dijo mientras me entregaba el libro señalándome una pagina.
-El don de la Visión.- comencé a leer en voz alta.- Se trata de un poder extraño y poco común que se caracteriza entre diversas cosas por las premoniciones. ¿Cómo que entre diversas cosas?-le pregunte un tanto confusa.
-Se refiere a que puede que te otorgue mas cosas, como poder ver de la gente mas de lo que hay a simple vista.-me contesto mientras recuperaba su libro de entre mis manos.
- ¿Te refieres a su alma?-le pregunte un tanto confundida.
-No especialmente su alma, pero si saber que alguien es especial.- me corrigió él.
-Como Jane.- añadí sin darme cuenta al recordar esa especie de aura que la envolvía.
-Volviendo a tu sueño.- encauzo el tema de nuevo como si lo demás no importase.- Creo que hablaban de ti y por eso lo has visto.
-Ya había llegado a esa conclusión, pero pensaba que era una locura.- le dije como si me acabara de confirmar la peor noticia del mundo.
-Creo que sigues viendo el mundo de una manera demasiado científica y respecto a lo que comentaban de ya te tenían localizada, lo mejor será que aprendas a hacer un hechizo de invisibilidad mágica.
-¿Qué es eso?- me ponía muy nerviosa cuando olvidaba que hasta hace dos días lo más mágico que había en mi vida era Harry Potter.
-Es un escudo que hace que parezcas una persona normal ante el don de la Visión y el de Rastreo. Lo mejor será que vengas esta tarde y empecemos a prepararlo.
De pronto el reloj de cuco que había sombre la chimenea empezó a decir que eran las nueve.
Me puse de pies de un salto y corrí hacia la puerta mientras que por mi cabeza pasaba una única cosa.
-Dios mío, como puede pasar el tiempo tan deprisa, en mi casa la gente ya habrá comenzado a despertarse.
Ni siquiera oí lo que me dijo Max para despedirse. Corrí a grandes zancadas la distancia que había hasta mi casa, que no era poca.
Cuando entre al portal heche una mirada nerviosa al reloj, las nueve y cuarto. Todos estarían levantados. La única que sigue en la cama para esas horas normalmente soy yo. Subí las escaleras intentado hacer en menor ruido posible y cuando abrí la puerta me encontré a mi abuela al otro lado dando vueltas impacientes de un lado a otro.
-¿Dónde te habías metido jovencita, sabes acaso el susto que me has dado?- estaba realmente enfadada trague saliva y como había ensayado durante el camino dije.
-Lo siento debería haber dejado una nota, pero me levante pronto y se me ocurrió que a lo mejor os apetecía desayunar unos bollos recién hechos.- y nada mas decir esto saque la bolsa de papel que tenía escondida a mi espalda.- Me perdonas si te digo que son rellenos de mantequilla.-Añadí con una sonrisa.
Por suerte mi abuela se lo creyó y después de un simple “podrías haber dejado una nota para no darle estos sustos a tu vieja abuela” el tema quedo zanjado. A partir de ahora será mejor que me ponga una alarma antes de ir a casa de Jane porque el pobre reloj de cuco y el poco dinero que lleve en los bolsillos no van a poder salvarme de más aprietos.

sábado, 6 de febrero de 2010

Capitulo 12: El torreón

Era una habitación oscura, fría. Prácticamente helada. Sus paredes de piedra habían sido testigo de muchas cosas. De una historia casi tan antigua como el tiempo.
Era una estancia amplia, con el suelo de madera y las paredes revestidas con librerías que se extendían hasta donde podía alcanzar la vista. En el centro se situaba una pequeña mesa redonda. Junto a ella se alzaba una sombra. Tan solo se podía distinguir la silueta. Era un hombre alto y no excesivamente corpulento.
De pronto una figura apareció al otro lado de la mesa, justo enfrente a él.
Él se giro grácilmente para mirarla, era imposible que la hubiese visto u oído aparecer, pero sabia que estaba ahí. La figura que estaba totalmente cubierta por un capa gris se echo la capucha hacia atrás dejando al descubierto la cara. Su menuda estatura comparada con la de él hacía intuir que se trataba de una mujer. Lo cual se confirmo cuando habló.
-Señor todavía no la tenemos.- su tono demostraba un profundo respeto.
-Creía que ya la habíais localizado.-su voz carecía completamente de sentimientos no parecía molesto ni siquiera algo impaciente.
-La hemos localizado, pero ha escapado de todos nuestros intentos de captura.- comenzaba a ponerse nerviosa. La voz le temblaba.
-En ese caso, es que es más fuerte de lo que creíamos.- hizo una pequeña pausa para pensar.- Basta de rastreadores quiero subir esto a otro nivel.
-¿Ha otro nivel señor?- parecía confusa, pero tal vez mas sorprendida que confusa.- ¿A que nivel?
-Al tuyo.- contesto decidido.- Por cierto no quiero que vuelvas sino es con ella. Y no tendrás todo el tiempo del mundo.- su voz volvió a convertirse en algo tan frio como el hielo. Tanto que un escalofrió la recorrió a ella.
-¿De cuanto tiempo dispongo?- parecía como si tratara de serenarse, pero no lo conseguía.
-Hasta que caiga el último grano de arena.- no dijo nada más. Se volvió a girar y dejo al descubierto un gran reloj de arena sobre la mesa. Ella tampoco dijo nada. Hizo una reverencia y como había aparecido, desapareció.

viernes, 5 de febrero de 2010

Capitulo 11: Los deberes

Entré en mi habitación y tras mirar que no venia nadie cerré la puerta. Lo último que necesitaba era a Alicia revoloteado.
Me agache al pie de la cama y extraje la carpeta azul de debajo del colchón.
Max me había dado esa carpeta antes de irme.Me senté en el suelo y la abrí.
Había un cumulo de papeles escritos a mano. Seguramente copias de sus investigaciones. Cuando me lo había dado la tarde anterior me dijo que eran sobre todo pruebas para que fuera realizando por mi cuenta. Al fin y al cabo no podría ir todas las tardes a su casa si quería pasar desapercibida.
Extraje el primer papel, era una hoja pequeña en ella se había escrito a mano algo en latín: “vox is sedeo in peppermint”.
-El poder reside en la mente.-susurre al verlo.
Max ya lo había mencionado alguna vez y pude reconocerlo.
Continúe sacando hojas, la siguiente era un folio amarillento como si tuviera por lo menos diez años. En su encabezado ponía Pruebas de los cuatro elementos y estaba dividido en fragmentos tras una breve introducción.
Para demostrar que el sujeto es capaz de controlar los elementos deberá realizar con existo estas cuatro pruebas.
1) Prueba del viento.
El sujeto deberá ser capaz de crear un tornado no más grande que la palma de su mano y poder controlarlo sin ningún tipo de problema.
Me puse de pies y trate de relajarme, suficientemente complicada me parecía la idea de tener que crear un tornado como para permitirme estar nerviosa.
Estire el brazo izquierdo con la palma mirando hacía arriba y con el dedo índice de la mano derecha comencé a dibujar una espiral en el aire sobre la palma. A medida que mi dedo se alzaba en el aire el torbellino crecía con él. Hasta que tuve un remolino de unos diez centímetros bailando en mi mano izquierda. Sonreí orgullosa al ver como se movía sobre mi mano. Me agache para mirar como se suponía que debía demostrar el control que tenía sobre mi pequeño tornado. Pero sin darme cuenta al inclinarme mi pequeño torbellino se deslizo de mi mano y choco contra la cama. Como si de pronto le hubieran puesto pilas comenzó a girar a la velocidad del rayo. Para mi desgracia no precisamente sobre si mismo.
Antes de que me diera tiempo a reaccionar el tornado había comenzado a correr raudo sobre el suelo de mi habitación girando sobre si mismo. Paso sobre la carpeta que me había dado Max desperdigando todos los papeles por la habitación. Comencé a correr de un lado para otro intentando reunir de nuevo los papeles que habían salido disparados, pero era más rápido que yo. Y para cuando conseguí reunir todos los papeles había desecho la habitación entera. Las mesillas vacías, los peluches por el suelo, las camas sin hacer…
Quise gritar, pero solo fui capaz de gruñir. Tire los papeles ahora completamente desordenados al pie de la cama y me dirigí con paso ligero a al otro extremo de la habitación donde mi obra maestra se había quedado atascado en una esquina. Parecía un montón de espuma girando sobre si misma. Hubiese sido tan bonito en otras circunstancias.
Me agache para recogerlo, pero se escapo por mi derecha. Gire rápidamente, pero cruzo la habitación debajo de las camas. Mire fijamente a la ventana que se situaba al otro lado de la habitación y un segundo mas tarde esta se abrió de par en par, el tornado salió disparado de debajo de mi cama esparciendo de nuevo los papeles por todas partes y colándose por la ventana. Esta tras su paso se cerró automáticamente. Eche un vistazo a la habitación terriblemente desordenada y me desplome en el suelo derrotada. De pronto unos golpecitos resonaron en la puerta a mis espaldas.
-Cristal a cenar.- era mi abuela. Por suerte para mi no había abierto la puerta para darme la noticia como haría mi madre. No sabría como explicarle tanto desorden.
-Ya voy.- le conteste mientras me levantaba.- Ya basta de magia por hoy.- pero eso solo pudo oírlo mi cabeza

jueves, 4 de febrero de 2010

De vuelta

Despues de un tiempo con el ordenador estropeado por fin e vuelto. Espero que no hallais notado mucho mi falta XD

Enseguida comenzare a escribir de nuevo

Un besazo

Aprobecho para deciros que el blog ya cuenta con su propio e-mail

elmedallondecristal@hotmail.com


Podeis mandar todos los comentarios que querais a este correo, pues es el punto de contacto que seleccionado entre vosotros mis lectores y yo

Y ahora si me despido con un cordial saludo

Da gusto volver a casa =)